TERAPIA RESPIRATORIA EN EL ADULTO MAYOR
Una TERAPIA que va más allá del uso de gases inhalados.
Muchas veces al hablar Terapia Respiratoria se nos viene a la
mente una Terapia basada de fármacos inhalados, manejo de secreciones o equipos
sofisticados para el soporte ventilatorio; pero en representación de los
alcances de esta disciplina actual nos da un enfoque detallado acercándose más al
segmento físico-funcional del ser humano llamada Fisioterapia Respiratoria.
En este apartado, hablaremos
sobre en qué consiste la terapia respiratoria en geriatría y qué ventajas
puede aportarnos los ejercicios respiratorios en la mejora de nuestra calidad
de vida.
Al hablar de la especialidad de
fisioterapia respiratoria, no solo observamos el estado fisiológico de nuestros
pulmones y estructuras asociadas, sino también cómo podemos mejorar la
capacidad respiratoria de nuestro paciente a través del uso de ejercicios de
incentivación volumétrica o mediante el tratamiento físico del paciente de
otros segmentos relacionados al sistema respiratorio.
Un ejemplo se presenta en la
columna vertebral, un anciano con cifosis dorsal senil (caracterizada
por una desviación de la zona dorsal de la columna a una posición flexora)
tendrá repercusiones sobre la movilidad y eficacia en la apertura de la
parrilla costal en los movimientos de inspiración y espiración, afectándose al
ritmo diafragmático y provocando una alta presión a nivel abdominal. Esta
posición de la columna puede desencadenar patologías respiratorias como el enfisema
toracógeno senil, disminución de la capacidad respiratoria de manera
global o a nivel visceral sobre los órganos situados en la cavidad
abdominal.
Aún así, y pese a que las
disfunciones físicas afectan a nuestra mecánica respiratoria, el objetivo de
esta terapia es mejorar el sistema de ventilación/perfusión a través
de ejercicios que, además de mejorar la capacidad pulmonar, permita a nuestro
paciente aprender a cómo realizar de forma adecuada el ciclo respiratorio
completo o el uso de la tos como mecanismo excretor de secreciones, y que sepa
identificar cuando puede sufrir las diversas afectaciones pulmonares en el
anciano, como la neumonía, la atelectasia, y en el caso de pacientes fumadores, el EPOC.
Algunos de los ejercicios que se
realizan en sesión para obtener la recuperación pulmonar satisfactoria, son por
ejemplo los ejercicios de automatización
diafragmática, en los que buscamos que el paciente aprenda la respiración
fisiológica y la integre en su vida cotidiana. Este tipo de ejercicios
consisten en la realización de ciclos respiratorios en diversos pasos:
La inspiración se toma mediante la nariz, que permite calentar el
aire (impidiendo la inflamación a nivel traqueal o bronquial), y que además
depura el aire a su paso por las mucosas nasales. Este tipo de respiración debe
realizarse con la musculatura del cuello relajada e intentando hinchar lo
máximo posible nuestros pulmones.
La espiración a través de la boca, regulando el flujo espiratorio.
Todo ello, junto al ritmo
inspiración-espiración permite la movilidad diafragmática, tonificándolo, y
disminuyendo la presión a nivel abdominal.
Por otro lado, los ejercicios de
tonificación de la faja abdominal, permiten potenciar esta estructura que actúa
conjuntamente con el diafragma. Este tipo de ejercicios se realiza mediante la
elevación de piernas, junto a la realización de ciclos respiratorios
acompasados para aumentar la tensión a nivel abdominal.
Entre las técnicas más usadas
citamos las siguientes, tomando en cuenta siempre el tipo de paciente a tratar:
Relajación: Previa a cualquier tipo de gimnasia respiratoria.
Objetivo: hacer desaparecer las contracturas musculares
voluntarias, corregir las posturas anómalas y preparar al paciente para que realice
conscientemente los ejercicios respiratorios.
La posición más favorable es el
decúbito supino, con una almohada bajo la cabeza, otra bajo el hueco poplíteo y
dos pequeñas bajo los brazos.
Control de la respiración:
Objetivo: relajar los músculos secundarios de la respiración y la
parte alta del tórax, y utilizar el músculo principal (diafragma) y la parte
baja del tórax, ventilando lóbulos pulmonares inferiores.
En posición relajada se realizan
inspiraciones suaves sin forzar y espiraciones con los labios semicerrados,
alargando gradualmente la expulsión de aire. Al expulsar más cantidad de aire y
más lento, las incursiones respiratorias se hacen más lentas y profundas.
Ejercicios diafragmáticos:
Se inicia con una espiración
lenta, prolongada, con labios ligeramente fruncidos hasta que se retraiga el
abdomen. A continuación se realiza una inspiración profunda con la boca
cerrada, dirigiendo el aire al abdomen. Según la zona del diafragma que queramos que
se movilice más, colocamos al paciente en decúbito dorsal (porc. posterior),
decúbito lateral derecho (hemidiafragma dcho.) o decúbito lateral izquierdo
(hemidiafragma izqdo.).
Ejercicios de expansión pulmonar: Técnica utilizada para que una
zona del pulmón aumente su ventilación (ventilación dirigida). La posición del paciente debe ser la adecuada
para favorecer la movilización de la zona a tratar y bloquear el resto del
tórax (decúbito contrario). El terapeuta
coloca su mano sobre la zona a tratar y el paciente inspira lento por la nariz
dirigiendo el aire a esta zona. En la espiración, la mano sigue la depresión
torácica ejerciendo presión al final.
Readaptación al esfuerzo
Objetivo:
Entrenar al paciente para que
pueda obtener el máximo rendimiento de su capacidad respiratoria (optimizar su
C.V.) y conseguir la recuperación total. Se inicia con ejercicios físicos de
extremidades superiores, columna, caja torácica y músculos respiratorios,
acompañados siempre de control de la respiración. Según mejora la respuesta al
esfuerzo, se les va entrenando para realizar las AVD con control de la
respiración.
Junto a los anteriores también
pautamos ejercicios toraco-dorsales para aumentar o mantener la elasticidad de
la caja torácica para obtener una respiración armónica. En este caso, estos
ejercicios se realizan delante de un espejo donde el paciente pueda observar
cómo se expande y cierra su caja torácica, y pueda obtener un buen aprendizaje
de cómo se mueve su cuerpo y cómo corregir ciertas posturas que incrementan su
bienestar no solo en la respiración, sino en la movilidad física de su cuerpo.
Como terapia complementaria
instruimos en ejercicios para incrementar la movilidad de la columna vertebral,
para reducir la cifosis senil y todas las disfunciones que puedan
irrumpir en una buena mecánica respiratoria.
Al final de la sesión, realizamos
la denominada “vuelta a la calma”, que permite acabar cada sesión sin que se
produzcan alteraciones a nivel cardiopulmonar, como taquicardia o taquipnea (aumento
del ritmo respiratorio incontrolado, que puede producir una alcalinización de
la sangre), teniéndolo muy en cuenta aquellos pacientes con disfunciones
cardíacas.
En aquellos pacientes que no
posean disfunciones cardiopulmonares, además debe prescribirse un
reentrenamiento para el esfuerzo, que implique un gasto cardíaco que permita
progresivamente aumentar nuestra percepción del esfuerzo. Esto nos da la
posibilidad de incrementar la carga de ejercicios pulmonares que lleven a la
realización de una actividad física normal, que mejore nuestro bienestar físico
y mental.
En definitiva, una fisioterapia
respiratoria guiada por un Terapeuta Respiratorio, y dirigida a la población
anciana con disfunciones cardiopulmonares, a través de los ejercicios
anteriormente mencionados junto a realización de ejercicios respiratorios con
el uso de instrumentos que nos permitan identificar cuanta capacidad
inspiratoria y espiratoria poseen nuestros pacientes, (como por ejemplo
los incentivadores volumétricos, los threshold-pep o el flutter),
permiten un aumento de la calidad de vida y una mejor materialización de las
actividades de la vida diaria.
Lic.MD. David Pacheco Beltran. TR
TERAPEUTA RESPIRATORIO
SERVITERRES
Nº REG. 1013-12-1185539
Nº REG.COL.3223
P.F. N° MSP-2016-Z05-0003316
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